- Carr. de Murcia, 2, 18800 Baza, Granada, España
- Solicitudes están cerradas.
Reproducción de 2 m. de alto de la Dama de Baza, dará la bienvenida a todo aquel que se introduzca en el centro histórico de Baza por la Puerta de Lorca. Elaborada por un escultor granadino Miguel Moreno, que ha realizado también el busto de Miguel de Cervantes del Parque de la Alameda de Cervantes y el grupo escultórico en honor al Emigrante, en la plaza de San Antón.
Escultura íbera del siglo VI a.C. labrada en piedra caliza. Encontrada el 20 de julio 1971 por el arqueólogo Fco Presedo en la necrópolis de Cerro Santuario. Tumba 155, con la singularidad de que fue una tumba hecha para una sola persona, no muy común.
Estaba dentro de una cámara funeraria, donde además había una ánfora que comunicaba con la superficie por medio de un embudo, a través de ella seguramente se hacían libaciones como ofrendas líquidas, esto indica que se profesaba culto a la persona allí enterrada.
Las teorías que se barajan es que se podía haber tratado de una guerrera divinizada o de una reina sacerdotisa, en definitiva una figura femenina de gran importancia social como una reina o hechicera, posiblemente hasta tuviera implicación política y económica en la ciudad.
Su rostro tiene facciones mediterráneas, cuando la encontraron mantenía casi íntegra su rica policromía, colores rojos y azules en el manto ribeteado con una greca ajedrezada en blanco y rojo.
Está llena de enigmas y simbología, sus ropas de calidad y joyas de grandes dimensiones, nos dicen que era una mujer importante en Basti.
Sentada sobre un sillón alado, símbolo de la divinidad, las patas delanteras del trono son garras de león, sus colores originales son el azul, rojo, castaño y negro. En uno de los laterales existe un hueco donde se depositaron los restos del cuerpo de una mujer de unos 20-30 años.
El pichón que sostiene con delicadeza en su mano izquierda, interpretado como nexo entre la mujer mortal y la diosa que actúa de protectora tanto del ave como de los huesos de la difunta.
Respecto a su ajuar, las piezas de cerámica y su decoración, nos remiten al origen y linaje de la difunta. Las cuatro panoplias de guerrero depositadas a los pies se interpreta a modo ofrenda, tras la lucha de guerreros celebrada en el acto fúnebre, es el único caso de enterramiento de mujeres con armas en su ajuar funerario.
- Carr. de Murcia, 2, 18800 Baza, Granada, España
- Solicitudes están cerradas.
Reproducción de 2 m. de alto de la Dama de Baza, dará la bienvenida a todo aquel que se introduzca en el centro histórico de Baza por la Puerta de Lorca. Elaborada por un escultor granadino Miguel Moreno, que ha realizado también el busto de Miguel de Cervantes del Parque de la Alameda de Cervantes y el grupo escultórico en honor al Emigrante, en la plaza de San Antón.
Escultura íbera del siglo VI a.C. labrada en piedra caliza. Encontrada el 20 de julio 1971 por el arqueólogo Fco Presedo en la necrópolis de Cerro Santuario. Tumba 155, con la singularidad de que fue una tumba hecha para una sola persona, no muy común.
Estaba dentro de una cámara funeraria, donde además había una ánfora que comunicaba con la superficie por medio de un embudo, a través de ella seguramente se hacían libaciones como ofrendas líquidas, esto indica que se profesaba culto a la persona allí enterrada.
Las teorías que se barajan es que se podía haber tratado de una guerrera divinizada o de una reina sacerdotisa, en definitiva una figura femenina de gran importancia social como una reina o hechicera, posiblemente hasta tuviera implicación política y económica en la ciudad.
Su rostro tiene facciones mediterráneas, cuando la encontraron mantenía casi íntegra su rica policromía, colores rojos y azules en el manto ribeteado con una greca ajedrezada en blanco y rojo.
Está llena de enigmas y simbología, sus ropas de calidad y joyas de grandes dimensiones, nos dicen que era una mujer importante en Basti.
Sentada sobre un sillón alado, símbolo de la divinidad, las patas delanteras del trono son garras de león, sus colores originales son el azul, rojo, castaño y negro. En uno de los laterales existe un hueco donde se depositaron los restos del cuerpo de una mujer de unos 20-30 años.
El pichón que sostiene con delicadeza en su mano izquierda, interpretado como nexo entre la mujer mortal y la diosa que actúa de protectora tanto del ave como de los huesos de la difunta.
Respecto a su ajuar, las piezas de cerámica y su decoración, nos remiten al origen y linaje de la difunta. Las cuatro panoplias de guerrero depositadas a los pies se interpreta a modo ofrenda, tras la lucha de guerreros celebrada en el acto fúnebre, es el único caso de enterramiento de mujeres con armas en su ajuar funerario.